12.6.11

De precursores y maestros. Herrera y Ollero.

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Empiezo por el final. O por el inicio, mejor dicho.

Porque ellos fueron antes que Victorio y Lucchino.

Y es que es importante saber de dónde venimos y quiénes nos precedieron.







No me malinterpretéis, el titular. El tándem por excelencia de la moda andaluza (incluyo la moda española) siempre ha sido para Victorio y Lucchino, en nuestra memoria más reciente; aquella que abarca, como la mía, mi memoria vivida, desde mis tardíos años 80. Pero ya en los años 50 un sevillano y un extremeño se colaron entre los talleres de la alta costura española, y se codearon con otros grandes como el genial Manuel Pertegaz, aún vivo, el gran Pedro Rodríguez, la gran Asunción Bastida y el Maestro de todos ellos, Cristóbal Balenciaga.







Rafael Herrera y Enrique García-Caballero Ollero presentaron su primera colección en 1952. Una gran época, la década de los 50, en el cual la alta costura española vivió su mayor esplendor.

Tuvieron atelier en Madrid, y firmaron entre otros, los vestidos de actrices de la época y vestuarios de películas emblemáticas. Firmaron entre otros, el vestido de novia de Rocío Jurado en su boda con el boxeador Pedro Carrasco en 1976.










Se lanzaron a conquistar el floreciente mercado americano y participaron en las incipientes pasarelas Cibeles, llamadas en aquellos entonces "Salones de Moda".






La moda española de aquella década era referente de la elegancia y aquellos grandes maestros de la aguja supieron traducir las tendencias parisinas, bebiendo de las fuentes de las obras de los maestros de la pintura española, como Zurbarán, Goya o Velázquez. 






Trabajaban para la única gente que se podía permitir trajes de diseño: la alta burguesía. Fueron grandes y exquisitos. Hacían Alta Costura.



Herrera y Ollero cerraron su taller cuando la alta costura quedó engullida por el prét-à-porter. Por los aires de cambio que trajeron la industrialización de la moda, el acceso a todas las clases sociales, la inmediatez y los años de cambio que se vivieron a partir de los 60-70.


Como les pasó a la gran mayoría de estos artesanos de la aguja. Como al mismísimo Balenciaga.

Y ellos también se rebelaron.


Adaptarse o desaparecer. Así ocurrió. Fueron muchos cambios, demasiado trascendentales para resumirlos en un pequeño post. 


Desde aquí un pequeño recuerdo-homenaje al primer tándem de la moda andaluza.
Con permiso de José Luis y José Víctor.

Besos de Zarzaparrilla, que está de ofertas especiales de verano,

Balbina

1 comentario:

  1. Hi - I am certainly delighted to find this. Good job!

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